El Pardo es uno de los Reales Sitios de la Comunidad de Madrid. Se encuentra a tan sólo 13 kilómetros de la capital y fue antigua zona de caza de los monarcas españoles. Su palacio fue residencia de Francisco Franco y hoy en día está dedicado a residencia de Jefes de Estado extranjeros en visita oficial. Además, la zona del monte de El Pardo es un lugar de paseo para los madrileños.
Durante los casi cuarenta años que el palacio de El Pardo fue residencia de Franco, estuvo vedado al turismo. Hoy es la atracción monumental más importante del Real Sitio, abierta al viajero siempre que no se encuentre alojado en él algún jefe de Estado extranjero en visita oficial.
El pabellón de caza construido por Enrique el Doliente en 1405, mejorado y fortificado por Enrique IV con torre de homenaje, se comenzó a restaurar por Carlos I entre 1540 y 1544. Felipe II le puso el techo y lo decoró con obras de Tiziano, Antonio Moro, Sánchez Coello y pinturas murales como el torreón de Gaspar Becerra.
En marzo de 1604, el palacio se incendió y se perdieron muchas pinturas. Felipe III mandó reconstruirlo. Luego fue ampliado durante el reinado de Carlos III y esta reforma es la que le dio su aspecto actual.
Durante la II República, el palacio se precintó. En 1940, se modernizaron sus instalaciones con el fin de convertirlo en la residencia oficial de Francisco Franco. En 1983, se acondicionaron varias estancias.
Otro de los monumentos interesant de El Pardo es el llamado La Quinta. Este palacete fue construido en 1745. También sobresale la Casita del Princípe, una edificación de recreo de la familia real construida en 1772. Cuenta con una bella decoración típica de siglo XVIII.
Además, hay que visitar la iglesia del Santo Cristo de El Pardo del convento de los Capuchinos (fundado por Felipe II), en la que se puede admirar una talla de Cristo Yacente de Gregorio Hernández.
Por último, en las cercanías de El Pardo, se encuentra el palacio de la Zarzuela, actual residencia de los Reyes de España, Juan Carlos I y doña Sofía. Es en su origen una casa de labor y luego pabellón real de caza del silgo XVIII, reconstruido en estilo neoclásido por Carlos IV. Destruido durante la Guerra Civil, fue totalmente levantado de nuevo en 1960.