Uno de los lugares más transitados y bonitos de todo Madrid es el Paseo del Prado, desde Atocha hasta Cibeles. Durante su trayecto, se puede disfrutar de sus jardines y fuentes al mismo tiempo que visitar varios iconos de la capital de España.
El Paseo del Prado debe su esplendor a Carlos III, que hacia 1775 acometió la urbanización de esta zona conocida entonces como Prado de los Jerónimos o Prado de Atocha.
Partimos de la Plaza del Emperador Carlos V (más conocida por Glorieta de Atocha) y allí se puede contemplar la estación de Atocha con su hermosa fachada. A continuación, llegamos al Jardín Botánico, donde disfrutaremos de un paseo magnífico rodeado de flores, plantas y demás flora. Acto seguido, debemos visitar el Museo del Prado, una de las pinotecas más importantes de todo el mundo .
Nada más salir del Museo del Prado, nos topamos con la Fuente de Neptuno en la plaza Cánovas de Castillo. Esta escultura data de 1780 y fue realizada por Ventura Rodríguez. Siguiendo el camino, nos encontramos con el Museo Thyssen-Bornemisza, una joya con casi mil obras.
Acercándose a Cibeles, debemos parar en la Plaza de la Lealtad. En ella, veremos el edificio de la Bolsa de Madrid, el hotel Ritz y el Monumento a los Caídos por España. Después, llegaremos a la fuente de Apolo, diseñada por Ventura Rodríguez, que está en el tramo del paseo conocido como salón del Prado.
Finalmente, nuestros pasos nos conducirán a la fuente de la Cibeles, en la plaza de mismo nombre. También fue diseñada por Ventura Rodríguez y esculpida por Francisco Gutiérrez y Roberto Michel en 1781.
En torno a la plaza de la Cibeles se alzan cuatro edificios: El Cuartel General del Ejército (antiguo Palacio de Buenavista), el palacio de Linares, el Palacio de Comunicaciones (centro cultural y sede actual del Ayuntamiento de Madrid) y el Banco de España.
Desde Cibeles, podemos tomar varios caminos para continuar nuestro viaje por Madrid: hacia Gran Vía, hacia el Paseo de Recoletos o hacia la Puerta de Alcalá.
Foto vía 3viajesaldia.com