En Madrid, existen una serie de jardines secretos que no son muy frecuentados por los ciudadanos. Se tratan de verdaderos joyas que vamos a descubrir a continuación.
1º. Jardín del Príncipe de Angloma:
En una escondida esquina de la plaza de la Paja, esta diminuto jardín aparece de improviso como uno de los últimos vestigios del antiguo urbanismo de la capital. Hasta el siglo XX, entre las calles y el caserío había espacio para las huertas, las plazuelas y los parques. Este jardín del siglo XVIII perteneció al palacio del mismo nombre.
2º. Huerto de las monjas:
En el número 7 de la calle de Sacramento está el acceso al Huerto de las Monjas. Tras cruzar un pasaje bajo edificios modernos, surge un jardín maravilloso, que hasta 1972 cuidaron los altos muros de un convento. Este lugar nos lleva a la atmósfera del Madrid enclaustrado del Siglo de Oro español.
3º. Cementerio de San Sebastián:
El antiguo cementerio de la Iglesia de San Sebastián, donde fue enterrado a Lope de Vega, es, desde el año 1889, una floristería situada en la calle Huertas, 2). Ya no se pueden observar las lápidas, sin embargo el lugar mantiene la intimidad del antiguo campo santo. Los cipreses y el olivo recuerdan que en este sitio además de flores hubo tumbas en su época.
4º. Claustro de El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía:
El Jardín del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía fue durante uchos años el patio del Hospital de San Carlos. Erigido por el reputado arquitecto Sabatini entre 1750 y 1776, actualmente es un oasis de paz en el centro de Madrid. Aislado del molesto ruido del tráfico, rodeado de magníficas obras de arte, poblado por árboles frondosos y acompañado por el leve rumor de las fuentes, uno no se imagina que hasta finales del siglo XIX los enfermos salían a tomar el sol aquí mismo.
Foto vía Lo que hay que ver en Madrid