El Museo del Prado expone hasta el 4 de mayo la muestra ‘Las Furias. De Tiziano a Ribera’ que presenta 28 obras que ilustran el nacimiento, evolución y ocaso del tema de las Furias desde su irrupción en el arte europeo, a mitad del siglo XVI, hasta fines del siglo XVII.
Entre las obras sobresalen un dibujo de Miguel Ángel proveniente de la Royal Collection de Londres, y pinturas de Rubens, Rombouts, Glotzius, Assereto, Rosa o Langetti. Asimismo, el Museo del Prado aporta sus ejemplares de Tiziano y Ribera y el Ticio encadenado de Gregorio Martínez.
Estas obras explican el motivo del éxito de las Furias durante 120 años, cuando los gobernantes las escogieron como alegoría política y los pintores como un vehículo perfecto para representar la dificultad máxima en el arte, tanto en su vertiente formal como expresiva.
A pesar de su origen clásico, las Furias aparecen como conjunto en la historia del arte en 1548, cuando María de Hungría encargó a Tiziano para su palacio de Binche (Bélgica) cuatro lienzos con los personajes de Ticio, Tántalo, Sísifo e Ixión identificados como los príncipes alemanes que se habían levantado contra su hermano, el emperador Carlos V, y a quienes había derrotado un año antes en Mülhberg.
En España se conoció como Furias a cuatro moradores del Hades greco-latino, al que habían sido condenados por haber desafiado a los dioses: Ticio, cuyo hígado devoraba un buitre por tratar de violar a una amante de Zeus; Tántalo, castigado a procurarse en vano alimento por servir a su hijo de festín a los dioses; Sísifo, condenado a portar una gran piedra por haber descubierto las infidelidades de Zeus; e Ixión, castigado a dar vueltas sin fin en una rueda por pretender seducir a Hera.
Por último, durante los 120 años posteriores al encargo de María de Hungría a Tiziano, el tema de las Furias disfrutó de gran fortuna y asumió otros significados además del político.
Foto vía Cultura Colectiva