Difícil decir algo nuevo de la Fuente de Cibeles, ¿verdad?. Posiblemente sea uno de los rincones de Madrid más conocidos. Por muchas cosas, tanto por la fuente en sí como por los edificios que la rodean, el tráfico, el lugar de celebración de los títulos y triunfos del Real Madrid… Lo que está claro es que hacerse una foto a los pies de este monumento se ha convertido en una estampa imprescindible en la ciudad.
Para conocer los orígenes de la fuente y la estatua de la diosa tenemos que irnos al año 1777. Fue el rey Carlos III el que ordenó a Ventura Rodríguez la construcción de dicho monumento. En aquella época se elaboró el carro de la diosa y la estatua, para más tarde colocársele los dos leones, Atalanta e Hipómenes, y, ya a comienzos del siglo XX, los dos angelitos que se sitúan en la parte posterior del carro.
En 1782, con la obra concluida, se colocó en primer lugar en en el Paseo del Prado, frente al Palacio de Buenavista (se cree incluso que esa no iba a ser su lugar, sino la Granja de San Ildefonso, en Segovia). No fue sino hasta 1895 cuando la estatua se colocó en el centro de la entonces Plaza de Madrid, mirando la diosa hacia la calle de Alcalá. Fue en este momento, con el traslado, cuando se le añadieron los cuatro peldaños y la verja de protección.
Afortunadamente la Guerra Civil pasó por encima de esta fuente, ya que se protegió por parte de los republicanos con sacos de arena, algo que tenemos hoy que agradecer para poder observarla en su totalidad. Seguro que la diosa Cibeles, la madre Tierra, se los habrá agradecido también.
Lo curioso del caso es que la fuente no sólo ha tenido una función decorativa, sino que antiguamente servía para abastecer de agua a Madrid. Dicen incluso que sus aguas tenían propiedades curativas. ¿Sabíais también que en Ciudad de Méjico hay otra fuente Cibeles, réplica de la madrileña, pero más pequeña?. La donaron a la ciudad los residentes españoles en Méjico allá por 1980. Por algo Agustín Lara, en su mítico chotis, escribió aquello de: «Madrid, Madrid, Madrid, en México se piensa mucho en ti».
Foto Vía World is Round