La Plaza Mayor

La Plaza Mayor forma parte de la historia de Madrid. Es uno de esos rincones de la ciudad que uno no debe perderse si está paseando intentando descubrir sus lugares más emblemáticos. Son muchas las ciudades que tienen Plaza Mayor, ¿verdad?. Yo ahora mismo recuerdo la de Salamanca, la de Almagro, Guadalajara…

Pero tal vez la Plaza Mayor de Madrid tenga un aire distinto. Ni mejor, ni peor, sino distinto. No quiero tampoco decir más elegante ni señorial, no. Con la estatua ecuestre de Felipe III en el centro, este rincón tan madrileño recibe cada día miles y miles de turistas y lugareños. ¿Quién siendo de Madrid no pasa por esta plaza al menos una vez a la semana?.

Recuerdo que una vez que la visité con un amigo de Madrid me preguntó: ¿por dónde te gustaría entrar a la Plaza Mayor?. Porque, claro, entrando por una u otra callejuela tienes un aspecto distinto de la plaza. ¿Lo habéis probado alguna vez?. En aquella ocasión lo hicimos por el Pasadizo de San Ginés.

El origen de la Plaza Mayor de Madrid hay que buscarlo en las primeras décadas del siglo XVII. Gómez de Mora fue el arquitecto que la diseñó y, como muchas otras grandes plazas, albergó los festejos populares de la capital. Corridas de toros, juegos de cañas y lanzas… pero también juicios sumarios, ejecuciones públicas…

¿Queréis algunos datos sobre ella?. Plaza porticada, tiene 129 metros de largo y 94 de ancho. A ella se asoman un total de 237 balcones y nueve puertas de acceso. Aunque lo más representativo de ella sean los dos edificios que se hallan en los extremos norte y sur, la Casa de la Panadería y la Casa de la Carnicería.

Hablando precisamente de festejos y espectáculos, desde el balcón de la Casa de la Panadería asistían los reyes a los actos que tenían lugar en la plaza. ¿Y bajo sus soportales?. Pues tenéis una oficina de turismo, tiendas de coleccionismo, bares, restaurantes… Dicen que uno de los mejores lugares para comerse el típico bocadillo de calamares.

En Navidad tiene lugar aquí el típico mercadillo. No es la primera vez que lo alberga, ya que en la Edad Media, antes incluso del diseño de la plaza en sí, tenía lugar aquí el mercadillo de Madrid. Para los madrileños es un lugar entrañable, muy castizo, un punto de encuentro ideal para venir y volver.

Foto Vía Plus es Más

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