Se trata de un recorrido por parajes perdidos de singular belleza, como el Hayedo de Montejo, así como por soberbios puertos panorámicos y modestas aldeas serranas plegadas al dictado de una Naturaleza que por estas tierras aún impone su ley.
Esta ruta aconseja tomar el desvío del kilómetro 58 de la A-1 para detenernos en el Centro de Turismo de la Sierra Norte instalado en el chalet de Villa San Roque de la localidad de La Cabrera donde puede verse una exposición panorámica que sitúa al visitante sobre los recursos naturales y huellas culturales del territorio.
Dejando atrás la localidad de Buitrago del Lozoya, se toma el desvío que conduce a la aldea de Gandullas cuyos limpios cielos rastrean las inmensas pantallas parabólicas de seguridad de satélites de comunicaciones de Telefónica, en el paraje que comienzos del siglo XVI ofreció el duque del Infantado al concejo.
Para ir introduciéndonos en los parajes más salvajes de la Sierra Norte podemos tomar el desvío de Madarcos, aldea situda en la falda del cerro Majada de la Peña. Luego, nos dirigimos a a Horcajo y Horcajuelo que están enclavados en un terreno que ofrece al visitante de nuestros día una atractiva cosecha para los amigos de los minerales.
A renglón seguido, debemos pasear y disfrutar en el Hayedo de Montejo. Se trata de un excepcional ecosistema, refugio de las hayas más meridionales de Europa, que conviven con otras especies forestales como el roble albar, el acbeo, el serbal de cazadores o el abedul.
Después de atravesar el suave puerto de El Cardoso, hay que tomar el desvío a La Hiruela y ganar el puerto, magnífico mirador sobre ambos laderas, por un lado la Sierra de Guadarrama y por otro la de Ayllón. También el pueblo se presta a emprender amenos paseos y recogida de minerales.
Por último, la localidad de Prádena ofrece la opción de visitar la apartada aldea de Puebla de la Sierra que requiere ganar el puerto de Cerro Montejo y toda una propina de curvas y contracurvas hasta llegar a la capital del fin del mundo, a la Puebla de la Mujer Muerta, hoy simplemente, La Puebla, una de las aldeas más pintorescas y escarpadas de la Comunidad de Madrid.
Foto vía Rutas del Mundo