Entre la Sierra y la Alcarria, se halla el municipio de Valdeolmos-Alalpardo, justo en la comarca denominada como la Campiña. Se encuenta a menos de 35 kilómetros Madrid,y está compuesto por dos localidades históricas, Valdeolmos y Alalpardo.
Típico ejemplo de flora y fauna de tipo continental, en el próximo Monte de Valdeolmos se puede disfrutar de un encinar centenario de más de 100 hectáreas y el término municipal ha sido incluido en la Zona de Especial Protección para las Aves de las estepas cerealistas de los ríos Jarama y Henares por el gran número de especies que habitan y anidan en la zona sobre todo la avutarda.
Valdeolmos-Alalpardo dispone de varios parques y jardines ideales para el paseo y un buen número rutas y caminos vecinales por el norte y por el sur para completarlos a pie o bien en bicicleta. Hay varias rutas en bicicleta interesantes desde Alalpardo: a Fuente el Saz, a Valdetorres-El Casar, a El Casar-Ribatejada, a Serracines-Fresno, y, a Daganzo-Cobeña-Algete.
También destacan las Rutas Norte de senderismo como los Caminos de Talamanca a Alcalá, Real, de Fresno y Cañada Galiana y de Valdeivares, así como las Rutas Sur de senderismo como los Caminos de Fresno y Serracines, y las Coladas de Alcalá y de la Tejera.
En cuanto a la obra religiosa, hay que fijarse en dos Iglesias. En prmer lugar, la Iglesia de la Inmaculada Concepción de Valdeolmos de origen románico y que data de los siglos XVI y XVII; y la Iglesia de San Cristóbal de Alalpardo, situada en el mismo sitio que ocupó una construcción romana, mas cuya construcción actuales del siglo XIX.
Por último, en este municipio madrileño sobresalen algunos grupos escultóricos que rinden mercedo homenaje a los hombres del campo, al toro de lidia y a las labores agrícolas y la conocida Árula de Alalpardo, piedra de dos pulgadas y media con inscripciones romanas del siglo I después de Cristo.
En definitiva, Valdeolmos-Alalpardo es una buena excursión desde Madrid dentro de la cual se puede disfrutar del senderismo, la bicicleta o las visitas artísticas. Sin olvidar, su buena oferta gastronómica.